(Eleuterio York)
Huye el infractor
irresiliente en el error
con su fracción ilesa
de deseo flagrante.
Es reincidente, se sospecha
¿Cómo saber si es un auténtico
infractor o sólo un impostor?
No voy a hacerme cargo
de las culpas del cardumen,
dijo empecinado en plena huída
siguiendo la pesquisa de otro pez,
tal vez peor.
Ahora ya huyó.
¿Estaremos a salvo por ahora?
¿Lo estará él, mientras dudamos
de su autenticidad?
¿Reincidira?
¿O habrá sido otra repetición sin
sustento?
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