(Eleuterio York)
Veintitrés vientres opuestos por
el vértice disponen sus volúmenes
en paridades practicables.
Aspiran a replicar funciones repetibles
respetando las variables hasta el cansancio
propio, prójimo o ajeno.
Vientres veintitrés, superpuestos, contrapuestos,
yuxtapuestos practican posiciones posibles o
virtuales entre opuestos verticales como vértices
enhiestos opuestos por el vientre.
Se produjo un error:
Veintitrés no es múltiplo de nadie,
no es divisible por tres, ni por dos,
ni por Dios.
Falta un sujeto que lo asuma, sólo Él
podría subsanarlo con éxito.
Un vértice ajeno observó al pasar:
Tendrían que duplicarse para alcanzar
la paridad y poder gozar de apareamientos
múltiples.
-Es verdad, asumió un vientre dispuesto
a todo por su causa. Pero no hace falta
tanto: ¿Para qué estás vos? Sumate y
ganamos todos.
Y el vértice dejó de percibirse ajeno
asumiéndose parte de la suma
para que todos gozaran a la par
las propiedades de la condición
binaria, en sentido vertical u
horizontal.
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