(Serafín Cuesta)
A nadar no se aprende nadando.
Si fuera así, nadie pagaría por
aprender y no habría profesores
de natación.
Se puede imitar a los que nadan,
y salir a flote, como tantas cosas
que se incorporan desde la
observación y la repetición, pero
no es lo mismo:
El nadador autodidacta nunca será
reconocido, y sabe que no podría
competir con un nadador verdadero.
En el agua, no somos todos iguales,
tampoco los peces.
No importa si es verdadero o falso
el volumen de agua en que se nada:
La verdad, nunca fue muy popular.
Hay muchos que viven y mueren
sin haber nadado nunca, lo que no
les impide repetir con éxito:
A nadar se aprende nadando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario