(Antístenes Oquendo)
Un resplandor intrínseco y autónomo,
me hizo reflexionar y disipó
las dudas adeudadas, todas residuales.
Cada uno brilla en lo suyo, con lo propio
y para sí: Nunca fuimos iguales.
Sólo podemos compartir alguna que
otra aspiración como reflejo.
Después, se cortó la luz, pero ya había
capturado la enseñanza luminosa:
No es necesario reflejar
ni verse reflejado.
Un resplandor autónomo e intrínseco
disuelve en luz las dudas anacrónicas:
¿Eran autóctonas y auténticas?
¿O eran sólo efectos especiales de algún
brillo ocasional, efímero y apócrifo?
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