(Florencio Cusenier)
El ojo ajeno reflejando
el lujo en los encajes
de tu ajuar abacanado
y ajado en su linaje.
El ojo aventa los matices
que avejentan, la sombra
de ese cuerpo que fue suyo
como mio, cuando tuyo.
Ya no sos: ahora te llaman
y yo huyo.
Me revienta mi presencia,
pagaría por no verme
ni sentirme agusanable.
¿Cuánto falta para que sea noviembre?
Al menos ya olvidé tu nombre,
Margarita.
(*) Versión libre de Margot, de Celedonio Flores y Carlos Gardel
No hay comentarios:
Publicar un comentario