(Cipriano W. Cifuentes)
Pasan cosas graves en el mundo,
se podría decir terribles. Pero nadie
dice nada, es mejor no hablar de
ciertas cosas.
Acá también están pasando cosas
graves, aunque no tanto como en
otras partes del mundo.
Tampoco se dice mucho, es mejor
no hablar de ciertas cosas.
¿Para qué? ¿Para levantar sospechas?
Igual van a seguir pasando, como pasó
siempre, y quienes controlan el mundo
de las comunicaciones, acá en el mundo,
no quieren que se hable de esas cosas.
Al menos nos dejan estar comunicados
si aceptamos sus normas comunitarias.
No quieren que se hable de más, es un
consumo de energía inútil que, además
les resulta sospechoso y disponen de
recursos para persuadir a cualquiera
que no lo entienda.
Hay que entender que así es como controlan
el mundo, y funciona. Controlar el mundo
no es poca cosa, ni es para cualquiera:
Si lo están haciendo es porque son capaces
y supieron capacitarse.
Hay que confiar en los que saben ¿Qué
sería del mundo si nadie lo controlara?
¿Adónde iría a parar todo? Mejor no pensar,
ni hablar de ciertas cosas.
Siempre pasaron cosas más o menos graves,
al menos sabemos que está todo bajo control
de personal idóneo.
Es posible que esas cosas graves y terribles
sean parte del costo que hay que pagar
para acceder a un mundo mejor y más
seguro.
Seguro que es así. Hay cosas que es mejor
no saber, ni preguntar. Pasan tantas cosas.
En otras partes del mundo, están pasando
cosas peores, al menos es un alivio saberlo:
Por suerte estamos acá, que pasan algunas
cosas no tan graves y nadie dice nada.
¿Por qué?
Porque no hay mucho que decir.
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