(Encarnación Segura)
La idea de Dios
como metáfora infinita
multiplica los huxiones
como setas insepultas
y eleva a los saciados
hacia la cima del ónave
donde sólo es la luz
y brillan las palabras
que no existen ¿todavía?
Mientras, Él regurgita
sus cadáveres, piadoso,
como muestra de Amor
infinito, ejemplar, supremo
y algo excesivo.
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