(Ermindo A. Renomé)
El gallo Fané estaba de faena,
pero se hizo un hueco
en una agenda ajena para responder
a un fan: era el único, y había que
cuidarlo.
Soy Fané, el descangallado gallo
que supo florearse por Cangallo.
Aquel que ayer nomás decía:
Soy Fané, nunca afané; a veces
copio y pego y me repito
como todo el mundo, pero
nunca afané.
Podrán copiarme o imitarme,
e incluso superarme, pero nunca
igualarme:
Soy el que Soy y siempre lo seré.
Con o sin plumas, soy Fané.
Mis malversaciones son únicas
y auténticas, como esta fé,
indeclinable, que nunca aflojó.
La misma de ese entonces,
cuando sabía brillar como yo sé
y sólo yo, por la calle Cangallo,
al salir del cabaret.
Nunca antes me habían faenado,
eran otros tiempos, se podía elegir
y yo zafaba: nadie iba a llevar a la olla
a un gallo, y menos descangallado.
Dicen que no es nada, es un momento
y después pasa.
Soy Fané, quién te ha visto y quién te ve.
No tengo buena fama pero nunca afané:
Copio y pego, imito y adultero, replico
y reconvierto pero nunca afané, doy fe.
***
(El gallo Fané, personaje del poema
del mismo título, inventado por Leónidas
Lamborghini a partir de la letra del tango
"Esta noche me emborracho")
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