(Virtudes Amarante)
El ojo del amo engorda, hace
ganar volumen más que otros órganos
amables.
El amo no es tan gordo, pero el
amor hace la vista gorda
al volumen ganado.
¿El ganado ama engordar, tanto
como a su amo y su ojo engordador?
El ocioso alimentar la duda;
la mirada del amor es inclusiva:
contiene, abarca y se apropia.
El amo ve ese cuerpo de múltiples
cabezas y espera recibir el amor
que se ganó y merece.
La mirada del amor es excluyente:
sabe el amador que esos cuerpos
engordables son una unidad, y
que le pertenece:
La propiedad engorda bajo su ojo
amante y sabedor (a engordar se
aprende)
El ganado lo sabe: Gracias a Él
disfruta su pastura, aunque no sea
la que hubiera elegido como pienso.
Es por Él que está ahí, ocupando una
parte de su propiedad y de buena
compañía.
Tal vez no sepa, que también a Él
le debe la vida: algo que no tiene precio
(al menos hasta que engorde lo suficiente)
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