(Tomás Lovano)
No me abandona la nostalgia,
olvidar el pasado lleva tiempo.
Yo supe ser un alfil blanco, no
me iba mal, sabía como hacerme
respetar por propios y extraños.
Pero el tiempo es una cruz
y hay que cargar con ella. Llegó
la noche y me alcanzó el ocaso;
todo oscurece…
Ya no soy blanco, más que en la
memoria, que también declinará,
aunque la nostalgia no me abandone:
Ni blanco ni alfil, ahora soy ésto:
un oscuro y pobre peón, dispuesto
al sacrificio.
No creo que llegue a ver el fin de
la partida, hay que partir.
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