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Hay peces pacíficos en el océano
atlántico, como los hay atléticos
y atlánticos en el pacífico.
Los atlánticos suelen ser más hostiles.
Aunque hay una hostilidad encubierta
que va y viene, siendo natural a la
circulación oceánica y el comercio de
aguas.
El agua es un vaivén de átomos,
éstos se atraen o se repelen según su
condición.
Pueden hacer agua u otras cosas;
algunos andan sueltos y hacen tiempo,
a la espera de otro
destino más fluido.
No saben ser agua ni hacerla, y cuando
lo son tampoco lo saben. Sabemos que
el sabor del agua, está dado por otras
cosas que no son agua.
II
Los peces se atraen o se rechazan.
Pueden unirse en forma total o parcial,
según sus fines que son dos:
metabolismo y reproducción.
Esta unión es parcial y provisoria,
a diferencia de la primera, que es
perfecta y definitiva:
Un cuerpo es incorporado por otro
en forma integral y se integra a su
metabolismo.
Es natural que los peces grandes
se coman a los chicos, por eso éstos
son más numerosos y se reproducen
más: El Orden Natural es perfecto.
III
Los peces pacíficos disfrutan su condición
tanto como las de su entorno
y van y vienen en un continuo pasaje
de fluidos.
Pacíficos o no, van y vienen, y
pasan de un océano a otro
sin saberlo: No necesitan saber
más de lo que hacen, ni tampoco
lo que hacen.
Tal vez nunca conozcan el verdadero
sabor del agua; su vida es ese vaivén
continuo para el que fueron diseñados
aunque no lo sepan, ni lo necesiten.
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