(Horacio Ruminal)
Soñé que compraba el diario.
Hasta hace un tiempo lo recibía
cada día, pero dejé de hacerlo
porque aumentaba el precio todo
el tiempo sin ningún criterio
y porque ya no lo leía.
Tenía una relación afectiva con
el muchacho y apreciaba mucho
a su padre, que murió hace unos
años.
Sabía que con la pandemia y las
sucesivas crisis, habían bajado
mucho las ventas. Casi nadie compra
el diario hoy: más aún, habiendo
otras formas de informarse, con el
sesgo ideológico que uno desée y
sin necesidad de manipular papel.
Traté de sostenerlo hasta donde pude,
pero ya no tenía sentido: no lo leía,
ni la sección deportiva, que suele ser
lo más interesante (justo el que yo
compraba, soslayaba ese tema)
Además era engorroso acumular
ese papel inútil, que después había
que cargar hasta el contendor de
basura.
Pero en el sueño fui a comprarlo: Ese
día traía un suplemento pornográfico,
que antes fue literario y no sé por qué
me interesó:
Todo resultó natural, nos saludamos
con cariño. Sólo que el periódico
eran dos hojas, o sea una: tapa y
contratapa.
Entre ellas, otra hoja cumplía la función
del consignado suplemento.
Son cosas de la crisis, pensé. Hay que
reducir costos, ahorrar insumos y bajar
gastos inútiles.
Me pareció razonable que el suplemento
estuviera ahí, oculto por las páginas del
diario: La pornografía no se puede andar
exhibiendo libremente; hay cosas que
hay que respetar.
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